El sábado 25 de noviembre, decenas de miles de personas se concentraron en el Paseo de los Héroes, frente al Palacio de Justicia, para marchar por el centro de Lima manifestando su rechazo a la violencia contra la mujer. A esta multitudinaria movilización, se sumaron 15 representantes del proyecto Arte y Diálogo para la Paz.
Como se recuerda, el proyecto Arte y Diálogo para la Paz es una iniciativa que busca fortalecer las competencias ciudadanas de jóvenes procedentes de Villa el Salvador, Carabayllo, San Juan de Lurigancho y Villa María del Triunfo, mediante las artes y el diálogo transformativo, y desde el inicio, la inequidad de género, y especialmente, la violencia contra la mujer, han sido considerados temas muy importantes para el proyecto.
“Desde las primeras sesiones de reflexión y creación colectiva, los chicos calificaban a este tipo de violencia como un problema prioritario”, comenta Anni Paredes, coordinadora del proyecto. “Por ello, las primeras intervenciones artísticas abordaron esta problemática, y a lo largo del año se ha convertido en un tema transversal”, explica. Así, cuando se abrió la posibilidad de participar en la marcha “Ni Una Menos”, la respuesta fue inmediata.
La delegación estuvo compuesta por miembros de ProDiálogo, Vichama y Puckllay, y se unió desde temprano a los diversos colectivos sociales presentes en la concentración. La movilización se inició a las dos de la tarde, recorriendo el Jr. Lampa para llegar al Congreso, para luego regresar por la Av. Abancay, hasta el Ministerio Público, ingresar por el Jr. Cusco hasta llegar al Ministerio de la Mujer, y culminar en la Plaza San Martín, haciendo escuchar su voz de indignación ante los últimos casos de violencia contra la mujer durante todo el trayecto.
Para el proyecto, participar de esta manifestación ha resultado especialmente interesante porque nos ha permitido formar parte de una iniciativa nacional, que agrupa a diversos colectivos, instituciones y a la ciudadanía, en general, así como empoderar a los jóvenes participantes en su derecho a la protesta contra una situación de vulnerabilidad e injusticia. Esperamos que esta experiencia contribuya a canalizar la energía de los jóvenes hacia la reflexión y la generación de propuestas, con el objetivo de lograr una convivencia más pacífica, constructiva y equitativa en nuestro país.